Incertidumbre.

He visto cosas en mi vida que no han sido muchas, ni las peores, pero ahora estoy allí en el punto exacto, me gustaría llamarle punto muerto pero es verdaderamente lo contrario. Porque aquí todo parece más difícil de lo normal, es que es la definitiva, o no siquiera eso. Se siente algo así como un nudo en el pecho que no está sólo adentro ni afuera, no, lo atraviesa y no te deja ver nada con claridad. Como filtro que no deja pasar más que lágrimas, incesantemente lágrimas. Por primera vez siento miedo a morir, de ese de verdad.
Hay sólo un paso de este estado a otro que cada vez se ve más lejano, con esa lejanía que te duele, que hace que pienses todo el día y te lo repitas una y otra vez. Entonces pasan cosas con el tiempo, se vuelve más rápido, así como nunca había pasado antes en esta época del año, parece increíble pero deseo con todas mis fuerzas que el reloj se detenga y que un segundo sea una hora, pero son sólo mis estridentes y deliciosos deseos.
Increíblemente amo un suceso con todas las fuerzas de mi corazón, algo que aun no ha pasado, le deseo y lo amarro a cada palpitar, pero tengo miedo, ese mismo de la muerte, a que no ocurra y me estremezco. Está allí, en cada pulsación de sangre. La tristeza me carcome la piel cuando sé que debo vestirme y seguir.
Estábamos tan cerca, antes avanzábamos
pero eso era antes.


Y el corazón se envolvió de un aroma a tristeza.

Yo sigo allí mismo

sin avanzar