Por una vez

Por una vez quiero, que me digas al oído,
un montón de palabras, palabras sueltas,
sin pretensión ni tiempo, por ejemplo,
¡Por Dios que eres bella!
Aunque parezca un pájaro triste
sin plumas doradas ni alas erguidas
en mi pecho calvo.

Que me abrigues la espalda
cuando la sonrisa este en su tarde.
Que me mires con ternura
solo porque son las seis
o es lunes o martes…

Por una vez, ¡solo una vez quiero!,
que recites en mi oído cuando esté vagando
por algún universo distante, u orquestando con el cielo partituras celestiales,
que soy en ti ...como la libélula blanca.

o miércoles o jueves...

Quisiera que… cuando hablo con Dios
a hurtadillas, en silencio… queda de palabras,
o cuando escribo sueños rotos
en un papel cansado, que te acerques despacio,
me mires con dulzura y me digas despacito,
Amor, a pesar del tiempo, ¡¡Cuánto te amo!!!
Durante la semana he sufrido cuatro veces dolor de estómago, de tripas acomodándose (aún) y de intestinos que procesan. La cosa está en que no he podido disfrutar del dolor porque ni siquiera lo puedo expresar de forma oral, como lo hace todo el mundo, diciendo “me duele la guata” o ¡qué dolor de estómago tengo!
He pensado 7 días de la semana en la persona que más he amado en estos últimos cuatro años, pero no ha pasado nada. Recuerdo que antes, antes, pensaba que al pensar en una persona con mucha concentración esa persona pensaba en mí con la misma pasión, me parece que no es así.
He tenido ganas de hacer el amor con un semi-desconocido, que en términos formales sería tener sexo, tres veces en la semana, he estado a centímetros de tomar el celular y llamar, sé que bastaría con marcar el número, hacer una cita y disfrutar, pero como siempre hay algo, llámese conciencia, vergüenza, inaptitud o como quiera, que me lo impide. Esto es uno de esos deseos más ocultos, más deseados.
Quise gritarle y zamarrear a una persona una vez durante estos siete días. Y concluyo dos cosas: primero, es bueno contar hasta 10 y respirar hondo tres veces (resulta) y segundo, definitivamente no sé tener amigos.
He conversado 5 días de la semana con una amiga de viejos tiempos (de viejos y buenos tiempos). Asumo que he crecido, que somos más grandes: no paramos de quejarnos de lo abrumador que resulta la práctica, el tiempo se hace nada, y el cansancio se acumula, acumula y acumula, porque cuando podemos descansar insistimos en que somos jóvenes y tenemos derecho a pasarla bien (en un bar, en la disco, o lo que sea).
He escuchado sólo una queja dirigida hacia mí, indirectamente, lo que no cambia nada porque no me afecta en nada.
He caminado menos de tres horas durante la semana, lo que aumenta mi peso y satisface enormemente mis ganas de flojear y de ser sedentaria.
He escrito una nota pidiendo al mundo esperanza, he perdido 3 veces esa misma esperanza…pero aún queda (esperanza).
He gastado agua en una ducha como si fueran 3 duchas por el simple placer de hacer enojar a alguien, a alguien a quien sólo le importa el dinero y de quien esto muy defraudada.
Le he dicho a mi madre cero veces que la quiero, que la amo, porque nunca nadie me enseñó a hacerlo, aunque me hubiera gustado. No sé qué cara se pone cuando se dice te quiero a la mamá, no sé dónde miran los ojos, ni si los labios se expanden o quedan en su posición original…no lo sé.
He hecho tres veces una misma promesa, he roto tres veces la misma. Esto no es bueno, pero aún no muero.
Me he arrepentido una vez de una decisión que tomé en junio, esto no me lleva a ninguna parte así que sólo terminaré poniendo tres puntos suspensivos… (por qué son tres? Por qué no 4 ó sólo dos?