Biografía
Adelante van caminando trescientas cincuenta mil quince personas, todas vestidas de arco iris.
Atrás va él, solo, solitario, de color negro y de piel castaña.
La gente camina hacia acá, él lo hace para allá.
Ellos avanzan y el retrocede, ¿será que es al revés?
La luz del sol ilumina la vereda de su frente, por donde él camina, o descamina, la sombra se posa.
Sus ojos blancos con un círculo negro justo en el medio brillan humedecidos, por el smog de estos días, queríamos pensar.
A las afuera de sus cuatro paredes escribió con tinta verde, porque verde es esperanza, “Quizás al tercer día resucite. PD: ya no llores más…mi perro, ya no lo hagas más que tu comida está en el mismo lugar”
A las cuatro de esa madrugada no sabíamos qué hacer.
A las cinco de esa madrugada un perro lloraba a su amo.
Al tercer día se arrendaba una habitación de cuatro paredes, y si la persona gustaba era dueña de un canino.
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4 comentarios:
resucitó, pero en este mundo nadie lo supo :)
Ah, y mis imagenes las saco de los links que tengo en el blog po...y me dedico a revisar XD
Salió el sol a la derecha de mi pantalla...tu blog está iluminado XD
Bye byeee
Él era su propio destino, no?.
Yo desistiría de partir sólo por no abandonar a mi canino :)
Aunque el canino puede ser la excusa perfecta cuando la razón verdadera asusta más que el destino auto-impuesto.
órale, muy buen texto...
me gustó que introdujeras al perro, es ese factor que vuelve más mágico el asunto...
no me hagas caso, jaja
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