Trozos


Lo inexplorado
Todo tenía un aspecto familiar, las frases en aquellos murales, las puertas, el olor, el piso, eran los mismos. Debía avanzar por los pasillos desconocidos, necesitaba un paso firme que no tenía. Las escaleras eran más, las puertas no ayudaban y los colores desorientaban mi estadía. El gran monstruo esperaba por mí al final del pasillo, el frío calaba mis huesos paso tras paso, me miró, se sonrió y desde entonces nos vemos a diario entre cuatro paredes y sesenta ojos que aúllan juventud inquietante.


Trueque
Yo prometí que a cambio de todo eso sería fiel. Entonces supe que hay cosas que verdaderamente resultan más difíciles, aunque lo intentemos más de una vez, hasta que descansamos los brazos, pensamos en ello y nos juramos que esta vez si haremos todo lo posible…hay veces en las que el trueque resulta de una complejidad indiscutible.

Segundos
Existe un tiempo indeterminado, sé que son segundos, en los que me transformo. Yo no quisiera ser yo y luego me pregunto qué pasó. Es un aprofu que se apodera primero de mi mente y luego de mis intestinos. Me somete a su voluntad, me atrapa, me utiliza, soy su medio, y se deshace de mí. Quedo sola, destruida y con malestar doloroso que me hace temblar desde adentro.

Recógeme
Corrí lo más fuerte que mi cuerpo me permitió. No estaba arrancando, estoy segura de que no. Lo hacía para cansarme, para arrancarme toda la rabia que ya no cabía en mí. Llegué al puerto, miré las olas tan inmensas y supe que no tenía sentido. Me alejé despacio y los segundos me acariciaban. No había encontrado nada, pero de algo estaba segura: no volvería a correr jamás en mi vida, ya me encontré y me acepté.

3 comentarios:

EL BUSCADOR DE ... dijo...

¡en hora buena! por llegar tan joven a esa conclusión; a algunos nos ha costado medio siglo y la mayoría se muere sin conseguirlo...

Anónimo dijo...

60 ojos jovenes?


hay vida mía, interpreto cosas q no puedo decir aki...

Peque dijo...

Sublime.